El estrés en el perro no es un término totalmente negativo, como muchas personas creen. Quién no ha escuchado alguna vez: “mi perro está estresado”, “esta situación le genera mucho estrés” o “el estrés le ha llevado a morder”, por ejemplo.
La cuestión es que la palabra ESTRÉS se encuentra, cada vez más, en las conversaciones de los responsables de perro sin saber muy bien como ayudar a sus amig@s de cuatro patas.
El estrés tiene diferentes caras, como puedes comprobar en nuestro artículo “El estrés en el perro”, así que deberemos diferenciarlas muy bien para poder saber si realmente estamos hablando de aquel estrés que provoca que nuestro perr@ sufra sin saber como solucionar determinada situación.
Una vez tenemos claro que solo hay un tipo de estrés que puede desencadenar consecuencias negativas en la homeostasis (equilibrio interno) de nuestro perro, deberemos reconocer las respuestas físicas o psicológicas que se pueden desencadenar a partir de él. Estas respuestas, notablemente visibles, aparecen en el momento en que nuestro compañer@ fiel se ve incapaz de poder gestionar lo que le ocurre.
Es importante tener en cuenta que cada individuo tiene especial inclinación a sufrir un tipo de estrés ante determinadas situaciones, dependiendo de su genética y las experiencias vividas. Por lo tanto, aquello que a uno no le pueda generar un sobre estrés (conocido también como distrés), a otro, puede provocarle una experiencia traumática. La empatía tendrá, como siempre, un lugar especial en el tratamiento de nuestr@ perr@.
Algunos síntomas de estrés del perro
Los síntomas de estrés del perro son varios. Aquí os explicamos algunos de ellos.
FALTA DE SUEÑO
Hay perros que no pueden descansar debidamente y cualquier ruido desencadena en ellos una reacción exagerada. Eso impide que pueda haber un equilibrio interno en ellos, obteniendo como resultado un individuo alterado constantemente e, incluso, con comportamientos reactivos fruto de su cansancio físico y mental.
PATAS SUDOROSAS
El perro no puede sudar por los poros de su piel tal y como lo hacemos nosotros. El perro suda por su trufa y por sus almohadillas. Cuando tengo una consulta a domicilio con un posible perro con sobre estrés, lo primero en lo que me fijo es en sus almohadillas o en el suelo del hogar. Debo decir que me lo pone mucho más fácil si encuentro que el suelo es de madera, ya que las marcas de sudoración de las plantillas quedan muy marcadas en este tipo de suelo.
VÓMITOS Y DIARREA
El estrés no gestionado provoca que el aparato digestivo no tenga el funcionamiento adecuado, por lo que puede provocar problemas como vómitos y diarreas.
LADRIDO EXCESIVO
Una situación muy estresante para el perro puede derivar también en una vocalización excesiva cuando nuestro perro se encuentra en una situación determinada que no puede gestionar.
MOVIMIENTOS EXCESIVOS
Lo que algunos llaman hiperactividad en el perro puede confundirse con movimientos bruscos y excesivos del mismo. Un perro que no sepa o no pueda estar quieto y relajarse durante gran parte del día puede ser un perro con demasiado estrés y deberá ser tratado, por lo tanto, según el protocolo que se deriva.
TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO
Los perros que sufren de sobre estrés durante mucho tiempo tienden a tener comportamientos compulsivos y obsesivos. Parte de estos comportamientos a veces son derivados de una alimentación de dichas conductas por parte del responsable que, de forma inconsciente y siempre pensando en que a su compañer@ le encanta, juega de forma repetitiva a tirar un objeto para que vaya a buscarlo o perseguir un puntero láser. Juegos que generan gran excitación en el perro ya que favorecen comportamientos instintivos.
INGESTA COMPULSIVA DE AGUA Y COMIDA
El mismo motivo por el cual se vuelve impulsivo con sus movimientos es el que le lleva a comer y beber de forma desmesurada.
AUTOLESIONES
Este síntoma se encuentra dentro de las conductas obsesivas. El perro se lame o se rasca compulsivamente como fruto de un sobre estrés continuado.
ESTEREOTIPAS
Los movimientos compulsivos y repetitivos estarán a la orden del día en los perros que necesitan mejorar su bienestar. El aburrimiento y la poca estimulación mental también pueden producir este distrés que genera este tipo de conductas.
CASPA
El cuerpo se expresa y, como tal, el pelo y la piel serán unos indicadores totalmente importantes que deberemos tener en cuenta. La caspa puede ser fruto de muchas patologías, pero el sobre estrés puede ser una de ellas.
HIPERVENTILACIÓN
Cuando un individuo está demasiado estresado, su cuerpo reacciona necesitando más oxígeno y, como resultado, el perro hiperventilará para bombear más oxígeno a los pulmones y así ayudar al cuerpo a buscar el equilibrio necesario.
HIPERSALIVACIÓN
El aumento de saliva en nuestro perro puede ser una señal, entre muchas, de que sufre algún tipo de ansiedad. Lo podrás comprobar si la salivación exagerada siempre aparece cuando el perro se enfrenta a una situación determinada difícil de gestionar para él.
TEMBLORES
Los músculos reaccionan exageradamente cuando el individuo siente que debe estar preparado para atacar o huir en cualquier momento. Es fácil que lo podamos comprobar con nuestro perro cuando lo exponemos a una situación que le genera un estrés difícilmente gestionable.
INAPETENCIA
Cuando el perro sufre algún tipo de ansiedad, no responde a necesidades biológicas como puede ser comer o hacer sus necesidades. En ese momento su cerebro le manda mensajes de socorro para que el cuerpo esté preparado para reaccionar. Por el mismo motivo tampoco orinará ni defecará a no ser que lo vea totalmente necesario.
AGRESIVIDAD
Parte de la causa de la mayoría de los comportamientos reactivos en el perro es el sobre estrés en él. Debemos trabajar su gestión emocional para que mejore su conducta y pueda ser un perro menos impulsivo.
HUIDA
Igual que puede haber perros que tiene una reacción ofensiva hacia algún tipo de estimulo o estímulos, también encontramos otros individuos que huyen despavoridos cuando no pueden gestionar la situación. Como hemos dicho en el comportamiento agresivo, será importante trabajar siempre la emoción que provoca esta conducta.
DESTRUCCIÓN
Cuando el individuo no puede gestionar correctamente lo que ocurre, puede tender a canalizar su frustración mediante la boca y las patas. Excavar obsesivamente o destrozar mobiliario ante determinadas situaciones será señal de preocupación.
APATÍA
Un perro que ha luchado durante mucho tiempo para conseguir gestionar una situación determinada sin conseguirlo es un perro que se rinde. La indefensión aprendida es un término que explica muy bien porqué un individuo decide mostrarse apático después de intentar de todas las maneras gestionar una situación.
Estos son algunos de los síntomas derivados del distrés (estrés negativo) que podéis encontrar en vuestr@ compañer@.
Si notáis algunos síntomas del estrés del perro, no dudéis en consultar a un profesional del comportamiento canino para conocer las pautas a realizar y, así, poder ayudarle a encontrar el bienestar tan deseado por todos.
Directora General Kanstak Educación Canina