Si te estás preguntando por qué tu perro se lame mucho las patas, es probable que ya hayas notado que lo hace con insistencia o más de lo habitual. Aunque a veces puede parecer algo normal, como parte de su higiene diaria, lo cierto es que este comportamiento también puede estar indicando que algo no va bien.
Desde alergias o molestias físicas hasta aburrimiento o ansiedad, son varias las causas que pueden llevar a tu perro a lamerse en exceso. Lo importante es observar bien cuándo lo hace, con qué intensidad y si hay otros síntomas que acompañan, como enrojecimiento, heridas o cojera.
En este artículo te contamos las razones más comunes por las que los perros se lamen las patas, cómo diferenciar una conducta normal de una señal de alerta, y sobre todo, qué puedes hacer para ayudar a tu compañero peludo a sentirse mejor.
¿Es normal que los perros se laman las patas?
En principio, sí es normal que un perro se lama las patas de vez en cuando. Forma parte de su rutina de limpieza y cuidado personal, especialmente después de un paseo, si se ha ensuciado o si siente algo que le molesta momentáneamente, como una piedra pequeña o un poco de tierra.
Sin embargo, lo que no es normal es que lo haga con mucha frecuencia, de forma insistente o con nerviosismo. Si tu perro se concentra solo en una pata, lo hace durante varios minutos seguidos o ves que se lame hasta hacerse daño, es momento de prestar más atención.
Este tipo de comportamiento repetitivo puede estar relacionado con molestias físicas, irritaciones en la piel, estrés o incluso dolor interno. También es común que el lamido vaya acompañado de otros signos como enrojecimiento, inflamación, heridas o cojera.
Por eso, aunque al principio no parezca grave, es importante observar bien el contexto y la frecuencia. Cuanto antes detectes el origen, más fácil será ayudar a tu perro a sentirse mejor y evitar que el problema empeore.
¿Qué hay detrás de este comportamiento repetitivo?
Cuando un perro se lame las patas con frecuencia, hay un motivo detrás de ese comportamiento. Aunque este no siempre es evidente a simple vista, existen varias causas comunes detrás de este comportamiento.
Aquí te explicamos las más habituales para que puedas identificar cuál puede ser el caso de tu perro:
Alergias
Las alergias son una de las razones más frecuentes. Pueden ser causadas por el ambiente (como el polen o los ácaros), por el contacto con ciertas superficies (como césped tratado con productos químicos) o incluso por la comida.
Cuando hay una reacción alérgica, la piel de las patas puede volverse roja, inflamada o con picor, lo que lleva al perro a lamerse compulsivamente para aliviar la molestia. En estos casos, también puede rascarse otras partes del cuerpo o tener infecciones secundarias.
Infecciones o problemas en la piel
Las infecciones por hongos, bacterias o levaduras también causan picor e incomodidad en las patas. A veces estas infecciones son consecuencia del mismo lamido constante, que deja la piel húmeda y propensa a irritarse.
También puede tratarse de dermatitis, sarpullidos o heridas pequeñas que no vemos fácilmente. Es común que el lamido se vuelva un círculo vicioso: el perro se lame por incomodidad, y eso empeora la piel.
Lesiones o cuerpos extraños
Una espina clavada, una uña rota, una quemadura por el asfalto caliente o una picadura de insecto pueden hacer que tu perro se lama una pata en concreto. Si el lamido está muy localizado (solo en una pata o zona), revisa bien por si hubiera algo atrapado entre los dedos o una herida oculta.
A veces no es algo externo, sino dolor interno por una torcedura, inflamación o un problema en la articulación.
Aburrimiento o falta de estimulación
Aunque no lo parezca, el aburrimiento es una causa muy común de comportamientos repetitivos en perros, como lamerse las patas.
Al igual que nosotros, los perros necesitan mantenerse activos no solo físicamente, sino sobretodo mentalmente. Cuando no tienen suficiente actividad durante el día, pueden empezar a buscar formas de liberar energía o gestionar su frustración, y una de ellas es el lamido constante.
Este comportamiento suele verse con más frecuencia en perros jóvenes, muy activos o inteligentes, pero también puede afectar a aquellos que pasan muchas horas solos, sin paseos suficientes, sin juegos o sin interacción social.
El problema es que este lamido se convierte en una especie de “escape emocional” que, si no se corrige, puede derivar en una rutina difícil de romper. Por eso es tan importante ofrecer a tu perro actividades variadas que estimulen su mente y su cuerpo.
Una excelente forma de hacerlo es a través del juego. Si no sabes por dónde empezar, te dejamos algunas ideas prácticas en nuestro artículo sobre los 6 mejores juegos para perros.
Son actividades sencillas que puedes hacer desde casa y que ayudarán a tu perro a mantenerse entretenido, equilibrado y feliz.
Ansiedad o estrés
El lamido también puede tener una raíz emocional. Algunos perros se lamen como forma de autoconsuelo, igual que nosotros podemos mordernos las uñas o mover una pierna cuando estamos nerviosos.
Los cambios en el entorno (una mudanza, la llegada de otro animal, estar muchas horas solos) pueden provocar ansiedad por separación u otros tipos de estrés que se manifiestan en este tipo de conductas repetitivas.
Parásitos
Pulgas, garrapatas o ácaros también pueden provocar picor intenso en distintas partes del cuerpo, incluidas las patas. Si tu perro no está bien protegido con antiparasitarios, esta puede ser una causa probable.
Además, algunos perros son alérgicos a la saliva de las pulgas, lo que multiplica la incomodidad.
¿Cuándo deberías preocuparte?
Aunque lamerse las patas de forma ocasional puede ser normal, hay momentos en los que este comportamiento ya no es una simple rutina de limpieza, sino una señal de que algo no está bien. La clave está en observar con atención la frecuencia, la intensidad y si aparecen otros síntomas.
Deberías empezar a preocuparte si notas alguna de estas señales:
- Tu perro se lame una o varias patas de forma insistente, durante mucho tiempo o varias veces al día.
- El lamido está provocando enrojecimiento, heridas, pérdida de pelo o inflamación.
- Aparecen otros síntomas como mal olor, cojera, secreción o cambios en el comportamiento (más nervioso, más apático o irritable).
- El comportamiento no desaparece aunque intentes distraerlo con juegos o paseos.
En estos casos, es importante no dejar pasar el tiempo. Cuanto antes detectes la causa, más fácil será ayudar a tu perro a recuperarse y evitar complicaciones mayores. Recuerda: el lamido excesivo no es solo una costumbre, es una forma en la que tu perro te está diciendo que algo le molesta.
En Kanstak, podemos ayudarte a comprender y resolver este tipo de conductas, especialmente cuando tienen un origen emocional, como el estrés o la ansiedad por separación.
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