Cómo tranquilizar a un perro: consejos prácticos

Cómo tranquilizar a un perro

Si alguna vez te has preguntado cómo tranquilizar a tu perro cuando se pone nervioso, no eres el único. Muchos tutores viven esa situación y sienten la necesidad de encontrar formas sencillas y respetuosas de ayudar a su compañero de cuatro patas.

Acompañar a tu perro en esos momentos no tiene por qué ser complicado: con calma, rutinas sencillas y un entorno seguro, puedes darle el apoyo que necesita para volver a sentirse tranquilo.

Los perros, al igual que las personas, reaccionan de maneras distintas ante la soledad, los ruidos fuertes o los cambios en su entorno. Reconocer esas señales a tiempo y saber cómo actuar mejorará su bienestar ante una situación estresante. 

Por ello, en este artículo te compartimos consejos prácticos para guiarle hacia la calma, reforzando vuestro vínculo y cuidando su equilibrio emocional.

¿Por qué se ponen nerviosos los perros?

Por qué se ponen nerviosos los perros

Los perros pueden mostrarse inquietos en distintas situaciones, y entender el origen de su nerviosismo es clave para poder ayudarles. Al igual que las personas, ellos también sienten estrés o ansiedad, y lo expresan con señales claras que conviene identificar.

Síntomas más comunes de nerviosismo

Un perro nervioso puede mostrar diferentes comportamientos. Algunos son fáciles de reconocer, otros pasan más desapercibidos:

  • Jadeo excesivo o respiración acelerada.
  • Temblor o tiritera sin causa aparente.
  • Ladridos, gruñidos o gemidos constantes.
  • Lamido o rascado compulsivo.
  • Pérdida de apetito o, por el contrario, comer de manera ansiosa.
  • Inquietud, paseos continuos de un lado a otro o conductas repetitivas.
  • Pérdida de más pelo de lo normal o aparición de caspa repentina.

Cuanto antes aprendas a reconocer estas señales, más fácil será intervenir y devolverle la calma.

¿Cuáles son las causas más frecuentes?

Existen múltiples factores que pueden desencadenar ansiedad o estrés en los perros. Entre los más habituales se encuentran:

  • Miedo a la soledad: algunos perros lo pasan mal cuando se quedan en casa sin sus tutores.
  • Ruidos fuertes: petardos, tormentas o incluso electrodomésticos pueden asustarlos.
  • Cambios de entorno: mudanzas, viajes o visitas inesperadas generan inseguridad.
  • Presencia de desconocidos: ya sean personas u otros animales, algunos perros reaccionan con inquietud.
  • Experiencias previas: los que han sufrido abandono o maltrato suelen ser más sensibles a situaciones nuevas.
  • Factores de salud o genéticos: ciertas razas o condiciones médicas predisponen a sufrir más estrés.

Comprender qué hay detrás de ese nerviosismo no solo te ayudará a calmar a tu perro, sino también a prevenir futuros episodios y mejorar su bienestar a largo plazo.

¿Cómo tranquilizar a un perro? Los 9 mejores consejos para conseguirlo

cómo tranquilizar a un perro

Cuando tu perro atraviesa un momento de nerviosismo, lo más importante es mantener la calma y ofrecerle recursos que le ayuden a relajarse. Aquí tienes diferentes estrategias que puedes aplicar en casa o en el día a día:

Actividad física regular

El ejercicio es una de las mejores formas de liberar tensión acumulada. Pero no te confundas, forzar a tu perro a hacer más ejercicio del que él haría, lleva a tener un perro más nervioso cada día. 

El perro, por naturaleza, no tiene la necesidad de correr, pero sí tiene la necesidad de explorar y descubrir. Ayudarán a tranquilizarlo paseos largos, zonas de libertad y exploración y una socialización tranquila y equilibrada. En definitiva, tener un paseo de calidad donde la relajación esté presente en la mayoría del tiempo será fundamental.

Caricias y contacto afectivo

El cariño es un gran aliado. Acariciar a tu perro con suavidad, empezando por la cabeza y bajando hacia el lomo, transmite seguridad y confianza. Poco a poco, aprenderá a asociar este contacto con tranquilidad.

Por el contrario, jugar con él, siempre de forma brusca y muy activa, provocará que tu perro te asocie con nerviosismo, por lo que le será más difícil relacionarte con tranquilidad.

Es muy importante que una gran parte del tiempo juntos el juego sea tranquilo y las caricias intervengan para ofrecer confianza.

Mantén una actitud calmada

Tu estado emocional influye directamente en el suyo. Hablarle con voz suave, moverte con serenidad y respetar sus momentos de calma hará que se sienta más seguro.

Estrategia común entre tutores

Si compartes la educación del perro con otras personas, es importante que todos actuéis igual. Mantener las mismas rutinas y mensajes claros evita confusión y acelera su proceso de calma.

Si, por el contrario, cada individuo sigue unas pautas diferentes, el perro puede llegar a actuar de forma diferente según con la persona que esté en esos momentos.

Uso de feromonas

Los difusores de feromonas pueden ser una ayuda en situaciones concretas, como ruidos fuertes o viajes. Su efecto imita el olor materno y transmite una sensación de seguridad.

También existen las flores de Bach que pueden ayudar a mejorar su estado emocional.

Hierbas como la tila son fantásticas para mejorar la relajación en nuestros peques de cuatro patas. Razas muy sensibles, como el galgo, reaccionan muy favorablemente a la tila.

Espacio seguro en casa

Procura que tu perro tenga un espacio tranquilo al que acudir cuando se sienta nervioso. Una cama, mantas o juguetes familiares pueden convertirse en su refugio perfecto.

Hay algunos perros que se refugian debajo de una mesa o cualquier otro mueble. Para estos perros podemos ofrecerles un transportín o espacio reducido en el que sentirá cobijo y les ayudará a relajarse más rápidamente.

Enriquecimiento ambiental

Los juegos interactivos, alfombras olfativas, mantas de actividades o ejercicios y trucos de obediencia estimulan su mente y lo mantienen ocupado, reduciendo el estrés y previniendo conductas destructivas.

Además, durante el proceso de resolución de estos retos, tu perro adquiere más seguridad en sí mismo y se cansa mentalmente, ayudándole a relajarse más rápidamente.

Música relajante

Está comprobado que la música instrumental, en especial la clásica, puede ayudar a relajar a los perros. Pruébalo en momentos tranquilos para que lo asocie con calma.

Juegos de olfato

Esconder golosinas, hacer pequeños circuitos de búsqueda o jugar a explorar y encontrar comida en un espacio exterior de la casa  mantiene su atención ocupada y desvía el foco del estímulo que le genera estrés.

¿Cuándo acudir a un profesional?

etólogo canino

Muchos episodios de nerviosismo en los perros pueden manejarse en casa con rutinas adecuadas, ejercicio mental y paciencia. Sin embargo, si notas que tu perro mantiene altos niveles de estrés de manera continua, que sus conductas empeoran o que no logras ayudarle pese a intentarlo, es momento de contar con un profesional.

Etólogo canino

Cuando el nerviosismo de tu perro va más allá de situaciones puntuales y se convierte en algo frecuente, la figura del etólogo canino es clave. Este profesional analiza la raíz del problema para comprender qué hay detrás de su ansiedad o estrés.

Su enfoque no se limita a corregir una conducta, sino que busca entender por qué tu perro se siente así: si hay un factor genético, una experiencia previa, un problema de salud o un estímulo ambiental que le afecta. Además, te proporciona herramientas prácticas para acompañarlo de forma adecuada y respetuosa en esos momentos de tensión.

Con la ayuda de un etólogo, podrás interpretar mejor las señales de tu perro, anticiparte a sus reacciones y construir un plan que reduzca su nerviosismo y mejore su bienestar.

Adiestrador canino

En los casos en que el nerviosismo esté relacionado con la falta de rutinas claras o con dificultades para gestionar determinadas situaciones, un adiestrador canino puede marcar la diferencia.

A través de la educación en positivo, el adiestrador enseña a tu perro comandos básicos y ejercicios de autocontrol que le ayudan a sentirse más seguro y confiado. Esto no solo favorece que el perro obedezca, sino que también reduce su ansiedad al darle estructuras claras y predecibles.

El adiestramiento convierte el aprendizaje en un juego compartido entre tutor y perro, lo que no solo disminuye el estrés, sino que refuerza vuestro vínculo. Y recuerda: no hay una edad límite para adiestrar, cualquier perro puede beneficiarse de aprender a gestionar mejor su energía y emociones.

Además, acudir a profesionales no significa que hayas hecho algo mal, sino que estás dando un paso consciente para mejorar la calidad de vida de tu perro y fortalecer vuestra relación.

Como en Kanstak creemos que es importante un trabajo global de etología canina y adiestramiento, trabajamos contigo y con tu perro para que este tipo de comportamientos no sean una fuente de frustración, sino una oportunidad para crecer juntos. A través de programas personalizados, juegos, entrenamientos respetuosos y mucha empatía, te ayudamos a encontrar soluciones.

Además, ponemos a tu disposición nuestro servicio de consultas online, pensado para adaptarse a tus horarios y necesidades estés donde estés. Con sesiones personalizadas que puedes seguir desde casa, tendrás siempre el apoyo profesional que necesitas para mejorar vuestra convivencia y disfrutar mucho más de vuestro día a día.

 

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