La depresión en perros es una realidad que puede afectar el bienestar emocional de nuestros mejores amigos.
Al igual que las personas, los perros también pueden sentirse tristes o desanimados debido a cambios importantes en su vida, la pérdida de un ser querido o incluso la falta de estímulos. Lo más importante es que, con amor y paciencia, puedes ayudar a tu compañero a superar este momento difícil.
Si notas que tu perro está más apagado de lo habitual, no estás solo. Este artículo está diseñado para que descubras las causas de la depresión en perros, aprendas a identificar los síntomas y encuentres formas prácticas y positivas de apoyarlo.
Principales causas de la depresión en perros
La depresión en perros puede surgir por diversos motivos, que van desde cambios en su entorno hasta factores relacionados con su personalidad o necesidades específicas. Aquí te explicamos las principales causas de manera sencilla para que puedas identificar qué podría estar afectando a tu amigo.
Falta de una válvula de escape para sus necesidades naturales
Cada raza, e incluso cada perro, tiene comportamientos naturales que necesitan expresar. Por ejemplo, los perros pastores disfrutan guiando y controlando, mientras que los galgos necesitan correr y liberar energía, aunque también disfrutan mucho relajándose en un buen sofá.
Si estas necesidades no se satisfacen, tu perro puede sentirse frustrado, lo que podría derivar en tristeza o apatía.
Cambios en el entorno
Los perros son muy sensibles a los cambios. Una mudanza, la reubicación de los muebles, o incluso una remodelación en casa pueden causarles inseguridad o estrés, lo que puede manifestarse como depresión.
Cambios en el grupo social
La pérdida o ausencia de un miembro de su familia (humano o animal) puede causarles tristeza profunda. También pueden sentirse afectados si alguien pasa menos tiempo en casa o si se introduce a un nuevo miembro en el grupo.
Aburrimiento
Un perro que pasa demasiado tiempo sin estímulos, como paseos, juegos o interacción social, puede comenzar a sentirse aburrido. Esto afecta especialmente a razas muy activas o inteligentes que necesitan mantener un mínimo de contacto social y estimulación mental.
Miedos y fobias
Eventos traumáticos o experiencias negativas pueden generar miedo o ansiedad en tu perro. Estos miedos, si no se manejan adecuadamente, pueden convertirse en un estado de tristeza constante.
Trastorno Afectivo Estacional (TAE)
Al igual que los humanos, algunos perros pueden experimentar cambios en su estado de ánimo debido a las estaciones. Los días más cortos, el frío y la falta de luz solar en invierno pueden influir en su comportamiento.
Métodos de adiestramiento inadecuados
El uso de métodos punitivos o que generen miedo en el perro puede tener un impacto negativo en su bienestar emocional. Un entrenamiento basado en el refuerzo positivo ayuda a construir confianza y seguridad, evitando problemas emocionales y mejorando increíblemente el vínculo con su guía.
Enfermedad o dolor físico
Si tu perro está enfermo o siente dolor, esto puede afectar su estado de ánimo. A menudo, los perros muestran señales de tristeza cuando no se sienten bien físicamente.
Personalidad
Algunos perros, como las personas, pueden tener una personalidad más introvertida o melancólica. Esto no significa necesariamente que estén deprimidos, pero pueden requerir una atención determinada para mantenerlos felices y activos.
¿Cuáles son los síntomas?
La depresión puede manifestarse de diferentes formas y cada perro puede mostrar síntomas únicos según su personalidad y situación. A continuación, te detallamos los signos más comunes para que puedas identificarlos y tomar medidas para ayudar a tu compañero.
Cambios en el comportamiento
Apatía o desgana: es posible que tu perro pierda interés en actividades que normalmente disfruta, como jugar, pasear o recibir caricias.
Aislamiento: algunos perros deprimidos tienden a buscar menos interacción, incluso evitando el contacto con sus seres queridos.
Comportamientos repetitivos: acciones como lamerse en exceso, caminar en círculos o quedarse mirando un punto fijo pueden ser señales de que algo no está bien.
Alteraciones en el apetito
Falta de apetito: un perro deprimido puede comer menos o incluso dejar de comer por completo.
Aumento en el apetito: por el contrario, algunos perros pueden comenzar a comer más de lo habitual como una forma de lidiar con su malestar emocional.
Cambios en el sueño
Dormir más de lo acostumbrado: si tu perro parece pasar la mayor parte del día durmiendo, podría ser una señal de depresión. Cuidado en confundirlo con relajación.
Dificultad para relajarse: algunos perros deprimidos tienen problemas para dormir o se muestran inquietos, incluso cuando están acostados.
Pérdida de interés en su entorno
Un perro deprimido puede parecer indiferente a cosas que antes le emocionaban, como el sonido de su correa o la llegada de su familia humana a casa. Este comportamiento puede indicar que no está disfrutando de su entorno como antes.
Cambios en su lenguaje corporal
Orejas hacia atrás o caídas: esto puede ser una señal de tristeza.
Cola baja o entre las patas: aunque este gesto también puede indicar miedo, en casos de depresión puede ser una constante.
Postura encorvada: algunos perros adoptan una posición que refleja inseguridad o tristeza.
Vocalizaciones inusuales
Ladridos o gemidos constantes: si tu perro parece estar “quejándose” más de lo habitual, podría estar expresando su malestar.
Silencio absoluto: por el contrario, un perro que normalmente es vocal puede volverse inusualmente callado.
Retroceso en su educación o comportamientos inusuales
Un perro bien educado que de repente empieza a tener “accidentes” en casa, ignorar órdenes o mostrar comportamientos destructivos podría estar lidiando con estrés o tristeza.
¿Qué hacer si tu perro está deprimido?
Si has notado que tu perro muestra señales de depresión, no te preocupes, hay muchas formas de ayudarlo. Lo más importante es actuar con paciencia, recordando que la conexión que tienes con tu perro es clave para superar esta etapa juntos.
Establece una rutina diaria
Los perros encuentran consuelo en la constancia. Establecer horarios regulares para paseos, comidas, juegos y descanso puede darle a tu perro una sensación de estabilidad que lo ayudará a sentirse más seguro.
Por ejemplo, si tu perro sabe que saldrá a pasear cada mañana y tarde, esto puede motivarlo y darle algo que esperar.
Incrementa el tiempo de calidad juntos
Dedica tiempo exclusivamente para estar con tu perro. Puede ser jugando, acariciándolo o simplemente sentándote a su lado. La interacción y el cariño fortalecen el vínculo entre ambos y le demuestran que estás ahí para él.
Intenta incluir actividades que solían emocionarlo, como su juego favorito o explorar un lugar nuevo durante los paseos.
Aumenta la estimulación mental y física
El aburrimiento es una de las principales causas de la depresión en perros. Proporciónale oportunidades para ejercitar su mente y su cuerpo.
Opciones de ejercicio: paseos más largos, carreras o sesiones de juego con otros perros. Resolver retos como saltar obstáculos también es un ejercicio que le aportará seguridad.
Estimulación mental: usa juguetes interactivos, juegos de olfato o entrenamiento de nuevos trucos para mantenerlo ocupado y feliz.
Busca ayuda de un profesional
Si los síntomas de tu perro persisten, es importante buscar ayuda profesional. Un veterinario puede descartar problemas de salud subyacentes, mientras que un especialista en educación canina puede brindarte estrategias específicas para ayudarlo emocionalmente.
Recuerda que la depresión en perros puede ser compleja, y un profesional especializado te dará la guía necesaria para abordarla correctamente.
Usa refuerzo positivo
Refuerza con caricias, palabras amables y premios cada vez que tu perro muestre interés en una actividad o responda positivamente. Esto lo motivará a repetir esos comportamientos y le dará confianza. Por ejemplo, si se levanta de su cama para jugar, felicítalo y ofrécele un pequeño premio.
Evita los castigos
Castigar o mantener una actitud enfadada con tu compañero no hará más que empeorar la situación. El perro, igual que ocurre con el humano, no puede decidir sobre sus emociones. El respeto y el tratamiento desde la empatía ayudará a que todo vaya a mejor. La paciencia debe ser parte del protocolo de actuación.
Revisa su entorno y hazlo más estimulante
Haz pequeños cambios en casa para que su entorno sea más interesante y cómodo:
Añade juguetes nuevos que pueda explorar.
Proporciona un espacio tranquilo y seguro donde pueda relajarse.
Abre ventanas para que pueda observar el exterior o reciba más luz natural, especialmente si sospechas de Trastorno Afectivo Estacional (TAE).
Cuida tu propia energía
Los perros son muy sensibles a las emociones de las personas con las que conviven. Si estás pasando por un momento de estrés o tristeza, intenta mantener un ambiente positivo para no transmitirle tus emociones.
Practica actividades relajantes juntos, como caminatas tranquilas o simplemente descansa con él en el sofá.
Considera pequeñas sorpresas para animarlo
Llévalo a lugares nuevos, como un parque o una playa, o introduce actividades diferentes que puedan captar su atención. Las experiencias novedosas pueden ser muy estimulantes y ayudarlo a romper con la monotonía.
Si después de leer el artículo crees que necesitas apoyo adicional, recuerda que no estás solo. Nuestro servicio de adiestramiento canino online, respaldado por la experiencia de nuestra experta en educación canina, Sonia Villalba, fundadora y directora de Kanstak, está aquí para ayudarte.
Juntos, trabajaremos para construir una relación más fuerte y positiva con tu perro. Con amor y las herramientas adecuadas, podrás ayudar a tu compañero a superar cualquier desafío emocional. ¡Estás haciendo un gran trabajo!